En el artículo de hoy, el tercero de la serie sobre como iniciar nuestras inversiones, explicaremos una nueva idea: dinero es dinero.
Después de hablar sobre la importancia de encontrar nuevas fuentes de ingresos nos puede surgir una duda: ¿Vale la pena?
- ¿Vale la pena gastar 1 hora de mi vida para ganar 20€ más al mes?
- ¿Vale la pena iniciar este nuevo proyecto, sin saber si tendrá éxito?
- ¿Vale la pena...
Esta es una duda de lo más normal.
Muchas veces no iniciamos un nuevo proyecto, no lo intentamos por un simple motivo: "¿Me compensa económicamente hablando?
Existen diversas líneas de pensamiento sobre este asunto.
No debemos dejar de pensar que: "Dinero es dinero" y punto.
Claro está que debemos tener un poco de sentido común, pero "a priori" esta debe ser nuestra línea de pensamiento. Para dejarlo siempre estamos a tiempo.
Un detalle, cuando digo que "dinero es dinero y punto" estoy hablando sobre cantidad, y no sobre una posible procedencia "dudosa" del dinero. En este caso un rotundo NO, la ética debe ser lo primero en nuestras decisiones.
Volviendo al tema principal, dinero nuevo es dinero que no existía en nuestro presupuesto (como ya expliqué). Por lo tanto, vale la pena ir a por él.
Pero como ya dije, con sentido común.
Nunca haremos algo que "puede" dar 10€ al mes por trabajar 4 diarias horas más. ¿Son 10€ más? Sí, pero el coste de esos 10€ me parece demasiado caro.
Para una persona que no gana absolutamente nada esos 10€ son todo, pero no es este nuestro caso.
Tampoco debemos dejar de lado un proyecto que nos dé un bajo rendimiento, o incluso nada, si creemos que en un futuro nos va a proporcionar ganancias. Todos los proyectos empiezan poco a poco.
Una vez más debemos tener "sentido común".
Hablo de oportunidades.
Por ejemplo, los clicks remunerados que divulgo en este blog. Puedes ganar esos mismos 10€ con menos esfuerzo.
Son los mismos 10€ de antes, pero se ve claramente que el ejemplo anterior es más "caro".
Debemos utilizar la lógica y el sentido común, colocar el "coste" y el "retorno" en la balanza.
Pero recordando siempre: Dinero es dinero.
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